Todos hemos pasado por épocas malas en la vida. Son momentos en los que se acumulan las exigencias en el trabajo, en la familia o en nuestras relaciones. En estos momentos es frecuente que pensemos:
“es que no puedo dejar de pensar en lo que tengo pendiente”,
“realmente no puedo relajarme”,
“aunque estoy con mis amigos estoy siempre pensando en el trabajo”.
Además es posible que veamos cómo nos cuesta dormir o han cambiado nuestros hábitos alimenticios o, simplemente, nos percibimos siempre cansados o muy inquietos. Por otra parte, puede ser que presentemos baja resistencia a las infecciones, problemas estomacales, dolores de cabeza o incluso calambres u hormigueo de manera frecuente, entre otros.
Tal vez, estemos viviendo un momento vital en el que las exigencias de la vida desbordan nuestros recursos personales. A esto le llamamos Estrés. Esta situación puede ser un tiempo acotado en nuestra vida o puede ser que llevemos acumulado un periodo largo en el que se suman una serie de exigencias vitales más o menos leves:
Cambio laboral: compañeros, trabajo, metodologías, contextos, etc.
Problemas en el trabajo: insatisfacción, inseguridad, conflictos, etc.
Conflicto familiar: educativos, generacionales, pareja.
Ruptura de una relación.
Muerte de un allegado.
Problemas de salud.
Dificultades legales.
Deudas económicas.
Cambios en los hábitos de ocio.
Para afrontar adecuadamente esta situación, el primer paso siempre es: saber identificarlo. Por eso, a continuación, presentamos algunos ítems para aprender a detectar si estamos viviendo una situación de estrés vital. Espero te resulten útiles.
Adaptado de: García-Herrera, J., & Nogueras Morillas, E. (2013). Guía de Autoayuda para la Depresión y los Trastornos de Ansiedad.
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